Que España está considerada a nivel mundial como uno de los países en los que más música se piratea no es una sorpresa para nadie, pero la pregunta es ¿de verdad somos piratas? o ¿qué se puede hacer para remediarlo?
Hasta ahora las
personas encargadas de estos temas lo tenían muy claro, había que castigar a los que descargan música por internet sin pagar, e incluso llamarles "
piratas" y ladrones, no aceptando ningún tipo de autocrítica (recordemos que son ellos los que se encargan de la gestión de las obras que tan fácilmente se reproducen por la red).
En el año 2008, una compañía en Suecia lanzó un programa llamado
Spotify con el que se podía buscar que canción te apetecía escuchar y dándole al "play" inmediatamente empezaba a sonar, todo esto sin necesidad de descargar ni un sólo archivo (únicamente hacía falta instalar el programa).
Todo esto es muy bonito, pero ¿dónde está la trampa? En realidad no hay ninguna trampa, simplemente tienes que crearte una cuenta de usuario para poder acceder al programa. Para ello existen 3 tipos de cuentas: "Open", "Unlimited" y "Premium"
La primera es completamente gratuita, pero de vez en cuando se cortaba la reproducción para incluir algún anuncio. En la segunda pagabas 4.99€ mensuales y te eliminaban la publicidad y con la tercera, pagabas 9.99€ y aparte de quitarte la publicidad, también tenías la posibilidad de disponer la música de modo offline e incluso poder usar su cliente móvil (Android, iPhone, etc)
Mientras la compañía se expandía por Europa todos pudimos disfrutar de dicha aplicación y de su amplio repertorio (aunque inexplicablemente faltan artistas importantes como Metallica, AC/DC o los Beatles y alguno más), y de hecho ha sido utilizado como ejemplo multitud de ocasiones frente a los que criminalizaban Internet y todo lo que esto supone. Sin embargo en las últimas semanas Spotify ha cambiado un poco las características de las cuentas, para poder expandirse a territorio americano, reduciendo el tiempo de reproducción de los usuarios "Open" a un máximo de 10 horas mensuales y como máximo 5 reproducciones de una misma canción al mes. Esto ha hecho enfurecer a muchos internautas que usaban la versión gratuita de la aplicación, decantándose por otras plataformas como
Grooveshark, una plataforma muy similar (aunque ya ha tenido algún problema que otro (
Grooveshark y Apple,
Grooveshark y Google lo que me hace pensar que acabará desapareciendo)
Otra de las características que tiene Spotify es la posibilidad de crear y compartir listas de reproducción y la sincronización con Facebook (una red que no termina de convencerme, pero de eso ya hablaré en otro momento) y posibilidad de publicar enlaces en forma de URL (enlaces a canciones, listas e incluso usuarios).
Dicha aplicación tiene versiones
Windows y
Mac para los tres tipos de usuarios, y una tercera versión
Linux de momento en Beta, y sólamente disponible para usuarios de pago (según la propia compañía, porque no han sabido cómo incluir banners de publicidad para Linux) aunque se puede instalar la versión Windows bajo Wine (un programa que permite usar aplicaciones Windows bajo Linux)
En cuanto a aplicaciones móviles, decir que hay disponibles versiones
Android,
iPhone,
Symbian,
Palm,
Windows Mobile (versión 6.5 y anteriores, aunque ya está en desarrollo la versión para
Windows Phone 7)
Yo por el momento, he decidido probar durante un mes o dos la versión de pago a ver si me merece o no la pena y después decidiré si sigo con ello, aunque la verdad es que por ahora me convence.